LA COMPETENCIA LITERARIA
La
investigación de las claves de la competencia literaria se presenta como
elemento esencial para afrontar una realidad que atañe al sistema educativo
español; los estudiantes finalizan la educación obligatoria sin ser capaces de
reconocer las características estéticas y culturales de cada movimiento
literario. Esto se debe en gran medida a que se limitan a memorizar un cierto
número de propiedades y a reproducirlas en un examen. Estas pruebas no
garantizan que los jóvenes hayan asimilado los conocimientos básicos y, sin
embargo, les permiten aprobar la asignatura de Lengua Castellana.
Se
debe investigar los factores que nos acercan a esa meta final, la competencia
literaria. Solo conociendo estos elementos, seremos capaces de desarrollar
metodologías y alternativas educativas que nos permitan llegar a ella. Los
docentes tienen un trabajo muy duro y el suyo es un camino de constante
aprendizaje, sin embargo, esto no debe desanimarnos, sino todo lo contrario
porque los errores que se hayan podido cometer van en pos de un resultado
mejor. Además, como dijo Borges “La duda es uno de los nombres de la
inteligencia”, es decir, que aunque no tengamos la respuesta definitiva, esta
búsqueda tendrá sus frutos y podremos formar, al fin, lectores literarios
competentes.
Es importante hacerse esta pregunta: ¿Qué es la competencia
literaria? El concepto de competencia literaria ha sido definido por numerosos
estudiosos en las últimas décadas y aun hoy sigue sin haber consenso absoluto
entre los intelectuales. Por ejemplo, Mendoza Fillola sostiene que:
Los estudios dedicados a definir y analizar la competencia literaria
coinciden en presentarla como el conjunto de saberes que permiten identificar
las cualidades estéticas de un texto en cuanto producción de signo artístico y
estético en un contexto cultural. (2001: 215)
En otra de sus obras, La
educación literaria. Bases para la formación de la competencia lecto-literaria,
escrita en 2004 y publicada en Málaga por la editorial Aljibe, Mendoza rechaza
la enseñanza historicista y aboga por un modelo educativo que se centre en
formar a un lector literario cuya competencia lecto-literaria se desarrolle
adecuadamente en el aula. Para el autor, la competencia literaria se asienta
como pilar fundamental para llegar a una comprensión total de una obra. Es
decir, cuantas más lecturas acumule el lector en su bagaje cultural, más
interpretaciones cabrán en un mismo texto. Él considera como erróneo el
planteamiento metodológico por el cual de la literatura se estudian solamente
los aspectos teóricos, aunque tampoco los destierra del currículum.
BIBLIOGRAFÍA:
MENDOZA Fillola, Antonio. El intertexto lector: el espacio de
encuentro de las aportaciones del texto con las del lector, Ediciones de la
Universidad de Castilla-La Mancha,2001.
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