La educación en
2030 ha dado un giro inesperado y no os lo vais a poder creer compañeros de #INVTICUA18.
¿Os acordáis de este hastag que utilizábamos
en nuestras clases de Investigación, Innovación y TIC en el Máster de
Profesorado? ¿Y de la cantidad de Tweets
que poníamos para compartir informaciones interesantes relacionadas con
nuestras especialidades y con la asignatura?
En 2030 todo
sigue igual, pero ha mejorado considerablemente. Actualmente, trabajo en un
centro en el que el alumnado no porta libretas ni libros. Trabajamos con
Instagram, Twitter, blogs, tablets, documentos compartidos y el alumnado está
encantadísimo.
Nosotros impartimos
clases en aulas acristaladas compuestas de pantallas táctiles en la que los
alumnos haciendo clik obtienen toda
la información que necesitan. A su vez, las aulas están provistas de pizarras
digitales, ordenadores de última generación, ebooks... Toda una revolución tecnológica.
Los alumnos ya
no están sentados en los pupitres escuchando mis explicaciones. Ellos son
sujetos activos de su propio aprendizaje, puesto que trabajamos por proyectos y
la tecnología es un gran elemento. Incluso, señalaros que mis clases están
basadas en trabajar las cuatro destrezas básicas, pero también la comunicación
no verbal. ¡Ay, qué recuerdos me vienen a la memoria ahora mismo!
Ahora me acuerdo
de vosotros, de las clases, del profesorado, del escape room, de mi TFM,
del horario de cinco a nueve, de la hoja de firmas… Pero, esperad que no sabéis
lo mejor. Los alumnos ya no están tantas horas en el aula y mi jornada laboral
se ha visto perjudicada. Los alumnos visionan videos de mis explicaciones
porque me he hecho Youtuber compañeros. ¡Sí! Youtuber, booktuber, lo
recordáis, ¿no? Por tanto, estamos ante Flipped
room y nuevas innovaciones en las que estoy perdiendo el sentido por
completo.
Creo que no os
he hablado de la manera en la que pasamos lista. Bueno, allá voy porque os vais
a quedar de piedra. En la entrada al aula disponemos de dos pivotes con dos
pantallas digitales. Antes de comenzar las clases, los alumnos tienen que
apoyar su dedo pulgar y a través de su huella digital, el listado de asistencia
se actualiza, ¿Qué os parece? Es una buena forma de saber quién acude y de no
engañarme porque al principio firmaban una hoja o pasaba la lista en voz alta y
contestaban otros compañeros… Bueno, es normal. Son adolescentes que están
experimentando la responsabilidad, pero antes de terminar debo anunciaros algo:
¡ya no hay exámenes! Ahora evaluamos al alumnado a través de esos proyectos y prácticas interesantes para poner en funcionamiento el aprendizaje de nuestros alumnos.
Bueno,
compañeros. Debo despedirme de todos vosotros y ha sido un placer hacer un
balance de todo lo que hemos evolucionado. Nos veremos en el próximo congreso
de #INVTICUA18 en el que espero poder veros a todos y abrazaros. Perdón, se me
olvidaba que los congresos y reuniones de claustro son virtuales.
Este es nuestro
futuro y os espero en el país de nunca jamás donde los sueños se hacen
realidad, pero quizá deba despertarme del que ahora estoy viviendo.
¡Hasta pronto, compañeros!
Atte: la
revolución tecnológica