Es una tarea muy difícil la de imaginar cómo será la educación en 2030 y, seguramente no podemos ni imaginar todo lo que queda por venir. Como sabéis, el crecimiento de nuestra sociedad, la sociedad de la llamada “era digital” ya no es lineal, como siempre había sido, sino que se ha convertido en exponencial. Esto significa que estamos creciendo y avanzando a un ritmo que ni siquiera nosotros somos capaces de entender. Incluso los mayores generadores de crecimiento y las empresas que están a la cabeza de la innovación tecnológica están estudiando cómo va a afectar toda esta revolución a nuestra sociedad. Ni siquiera los pioneros de esta revolución saben hasta dónde vamos a llegar.
Pero lo que sí está claro es que en todo este torbellino de información, desarrollo y tecnología, la educación será la piedra angular de nuestra sociedad. La brecha social cada vez más apuntará hacia este punto: la educación. Cada vez la gente está más preparada y, además, cada vez la competencia es más difícil. Ya no vamos a competir por un mismo puesto con nuestros vecinos y con gente de nuestra comunidad, ni siquiera de nuestro país, sino del mundo entero. Por ello, debemos cuidar nuestra educación, porque es lo más importante que tenemos. Sin una buena educación estamos perdidos. Necesitamos apostar de verdad por nuestros profesores y, sobre todo, por nuestros jóvenes. Porque yo creo en ellos. Porque yo creo en la educación y porque creo en la meritocracia.
Only God can save us
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